Los cisnes negros en la literatura del siglo XXI

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Antes del descubrimiento de Australia, las personas del Viejo Mundo estaban convencidas de que todos los cisnes eran blancos, una creencia irrefutable pues parecía que las pruebas empíricas lo confirmaban en su totalidad. La visión del primer cisne negro pudo ser una sorpresa interesante para unos pocos, pero la importancia radicaba en que una única observación podía invalidar una afirmación generalizada derivada de millones de visiones confirmatorias previas. Los cisnes negros existen, y sí, en literatura también.


¿Qué es un cisne negro?


Un suceso altamente improbable pero de gran impacto. La teoría de Nassim Nicholas Taleb recogida en su obra Cisne negro indica que tiene que cumplir tres parámetros:

  1. 1.- El suceso que ser una sorpresa
  2. 2.- El suceso tiene que tener un gran impacto.
  3. 3.- Después de producirse el suceso tiene que racionalizarse en retrospectiva, como si pudiera haber sido esperado e incluso predecido su aparición.

Con estos tres parámetros he analizado la literatura del siglo XXI con el fin de hallar cisnes negros y he encontrado dos (uno) en la literatura internacional y uno en la española. Pero antes me gustaría explicar algo más sobre los cisnes negros y el mundo editorial.

Las editoriales conocen los gustos de los lectores (bueno, esto no es exacto) corrijo: las editoriales creen conocer los gustos de los lectores (de sus lectores). Por eso, tal como buenos corredores de bolsa, apuestan por títulos seguros. A la larga las expectativas fallan mayoritariamente. Eso hace que disparen a todo lo que se mueve. Un editor me decía que si 3 de cada 10 libros suyos funcionan medianamente bien le cubren los otros 7. No es difícil deducir que los editores se siguen asemejando a aquellos marinos que eran incapaces de medir la longitud terrestre, tienen cierta idea de donde están pero ni mucho menos de donde está América. Esa incertidumbre deja lugar para los cisnes negros. Allá van nuestras propuestas


Millennium como cisne negro internacional


Puede gustar o no pero Millennium fue el cisne negro literario por excelencia del siglo XXI. Las editoriales no suelen apostar por un muerto (nadie lo haría, lo cual sigue demostrando que los modelos de predicción de lectura siguen fallando) pero algunas sí lo hicieron y se comieron el pastel entero. Millennium fue una sorpresa. Fue una sorpresa de gran impacto. Y todo el mundo no solo quiso explicar el fenómeno si que quiso copiarlo (algo típicamente editorial).

Como buen pecador que soy añadiré un par de líneas de explicación. Millennium triunfo por tres razones:

  1. 1.- por el estilo periodístico con el que está redactado. Después del 11-S nos acostumbramos a leer en digital mensajes rápidos y directos, la prosa no parecía útil. Larsson escribía así (y Lagercrantz lo hace igual, por eso eligieron otro periodista para sustituir a Larsson)
  2. 2.- Internet había revolucionado el mundo pero no tenía su novela. Millennium es la gran novela del triunfo de internet y
  3. 3.- Después de muchos siglos de machismo, necesitábamos una heroína y un acompañante pusilánime, y Larsson nos dio a los dos.

La chica del tren como cisne negro ficticio creado por la propia industria


Diez años después de la aparición de Millennium nada ni nadie había conseguido descubrir un cisne negro. Era cierto que la novela negra y su amiga, la novela de intriga, habían triunfado por el mundo entero, pero cisnes negros ninguno. Esa sequía de éxitos necesitaba ser redimida y es ahí donde surge La chica del tren. Una novela entretenida, previsible, con todo lo que a los lectores internacionales les gusta… pero que 1) no supuso ninguna sorpresa (salvo para la autora a quién obviamente le tocó la lotería) 2) sí tuvo gran impacto 3) la explicación era sencilla, se necesitaba un éxito y se decidió pintar un cisne blanco de negro.

No, no ha habido más cisnes negros auténticos en el siglo XXI que Millennium, salvo en España.


Patria de Fernando Aramburu como cisne negro español.


El 20 de octubre de 2011 ETA anunció el cese definitivo de la actividad armada. Tras muchas décadas de conflicto y sufrimiento se abría una ventana a la esperanza. La tranquilidad de Urkullu al frente del País Vasco ha conseguido que Euskadi vuelva a ser un lugar abierto a todos y amable, muy amable. Todo eso necesitaba de una novela que curase las heridas, que restañara las cicatrices. Algo impensable e invisible hace seis años que Fernando Aramburu sí supo ver. Con su talento consiguió crear Patria, una obra maestra sobre el final de un conflicto. ¿Es Patria un cisne negro? Veamos 1) es una sorpresa tanto por el autor como por el contenido 2) ha tenido un gran impacto (más de un año después sigue sumando) 3) todos hemos tratado de explicarlo (yo mismo unas líneas antes) luego sí lo es.

Quizás todo esto demuestre que los cisnes negros tienen algo de atrevimiento y algo de oportunidad. En cualquier caso bienvenidos sean. Como decía Taleb, la historia no gatea sino que salta. La literatura no debe gatear ni arrastrarse sino saltar y los cisnes negros consiguen que vuele.


Próximos cisnes negros



Mi atrevimiento no tiene límite. Me atrevo a vaticinar un par de cisnes negros literarios para el futuro. 1) la gran novela norcoreana. Y 2) en el ámbito local dentro de 6 u 8 años la gran novela de la situación catalana actual.

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